Es la práctica libre de todas las técnicas conocidas, tanto en defensa como en ataque, con el fin de llegar a obtener una eficacia real de las mismas ante un oponente que persigue el mismo fin.
En el Randori, que no olvidamos que es una forma de entrenamiento, el practicante no debe tener aprensión al caer. El cuerpo y el espíritu deben estar completamente relajados.
En el randori ponemos en práctica todo lo aprendido, es el momento en el que podemos ver si aquello que vamos aprendiendo es efectivo, si nos sale bien o si tenemos que mejorar algún aspecto. Debemos adaptarnos un poco a la situación de nuestro contrincante (tamaño, grado, edad…) y tratar de hacer un ejercicio útil que nos sirva para mejorar.
Durante los entrenamientos normalmente dividimos los randoris en pie y suelo.
Es la antesala del SHIAI.